La odisea de extraerse leche materna durante la jornada laboral

La mamá lactante Ana Páez trabaja como arquitecta y ejecutiva de cuenta en una unidad de leasing de construcción de un banco. Antes de reintegrarse a sus labores luego de dar a luz, llamó a Recursos Humanos para que la ayudaran a conseguir un lugar tranquilo y privado para extraerse la leche que dejaría a su bebé, y a la vez mantener el estímulo del pecho para continuar la lactancia.

Le respondieron que no tenían un lugar para que pudiera hacerlo, pero que probara en la enfermería del edificio. Así lo hizo durante un corto tiempo hasta que le dijeron, en presencia de una médica del lugar, que no podía seguir, porque "los consultorios no son del banco y sus operadores no lo permiten porque no cuentan con las condiciones técnicas que les permitan asumir el riesgo de alguna complicación higiénica"Tampoco el archivo, ni ningún lugar del banco que no sea el bañoY que no saben cómo estarán haciendo otras mujeres que necesitan hacer lo mismo, pero que allí es imposible continuar.


Alt="Mujeres sacandose leche materna en un baño sucio"

En el baño no se siente cómoda. Aquí es evidente que no hay ninguna "condición técnica" (si hablamos de la técnica de sentarse sentarse en el inodoro no puede) y si un alto riesgo de alguna "complicación higiénica".

Al conocer esta respuesta, y luego de mandar muchos correos a muchas personas sin obtener solución, Ana solicitó al departamento legal, ordene al jefe administrativo del banco ubicar un lugar limpio y cómodo para ella. Sin embargo, luego de varios días le respondieron que no tenían un lugar "propicio". 

Mira lo que dice Unifec y la OMS sobre amamantar en el trabajo: http://m.abc.es/familia/padres-hijos/abci-unicef-y-organizacion-mundial-salud-favor-lactancia-lugar-trabajo-201601140047_noticia.html?ref_m2w=http://m.facebook.com


Alt="Derecho a la lactancia materna en Colombia"
Ana Páez tiene que encontrar una "condición técnica e higiénica" para extraerse leche materna durante su jornada laboral. El sitio encontrado es un cuarto de limpieza, al lado de donde se enjuagan los trapos sucios. Deja sus implementos para la extracción al lado de los detergentes que se usan para limpiar, porque no hay más lugar. 

Para poder continuar con sus extracciones, y luego de tratar de hacerlo en el baño, pero viéndose impedida por aquello de las "condiciones técnicas para lograrlo", Ana pidió permiso a las "operadoras" que se encargan del aseo del banco para usar el cuartito donde se guardan los líquidos y materiales de limpieza. Ellas muy amablemente se lo han permitido hasta ahora, aunque la supervisora del departamento de aseo le ha mandado mensajes para que no utilice ese espacio para "eso" y amenaza con ir a hablar con ella para que deje de hacerlo. 

Ana Páez sigue con el ánimo de continuar la labor, pero con el desánimo de tener que luchar por tener que hacer algo para lo que considera necesita un espacio digno, algo legítimo que encierra muchos de sus derechos como ser humano.

Luego de tantos ires y venires ha logrado que le concedan un espacio en el edificio del frente, al que le toma llegar media hora (sin contar el tiempo de extraccion), restando tiempo y productividad a sus actividades. 
Alt="Mujeres que se extraen leche materna en un baño"

Esta no es la única historia. Dentro de mi ejercicio como abogada y educadora certificada, me llegó la de una colega que trabaja en una prestigiosa empresa de abogados que regresó de su licencia de maternidad.  Ella encontró en la sala de juntas la privacidad que consideró necesaria para extraerse leche porque no hay en el bufete otro lugar apropiado o dispuesto para llevar a cabo esta práctica. 

Venía haciéndolo regularmente (y tranquilamente) hasta que la "descubrieron" y le dijeron que de continuar, le pasarían un memorando por usar un espacio exclusivo para atender clientes de la firma. Tampoco podía estar ausentandose a cada rato para extraerse leche porque su trabajo se contabiliza por minutos. Ahora ella va al baño con su extractor eléctrico y un cable extensor que queda cerca de una terraza fría en el último piso, (porque además en el baño no hay una toma eléctrica). Va cada vez que puede escaparse. ¿A caso los abogados no estamos para defender los derechos?

En muchos países del mundo pasa. Insensibilidad o ignorancia pueden ser las causas de la falta de apoyo para las madres lactantes que trabajan. Madres como Ana, que consideran ya tienen la carga de separarse de sus bebés como para que ésta se les haga más pesada con gente que les dificulta la tarea de extraerse y conservar su alimento de manera tranquila e higiénica.

En Colombia existe el Acuerdo 480 de 2011 del concejo de Bogotá que establece salas amigas de la familia lactante en el ámbito laboral de las entidades distritales. Aunque dicho acuerdo se puede quedar un poco en el papel, porque el espacio destinado para la extracción o el amamantamiento "depende de que haya efectivamente un presupuesto". De otro lado, la Secretaría de integración social exige salas en los jardines infantiles de Bogotá que atienden a menores de 2 años. Bueno, por lo menos ya los jardines no van a pedir a las mamás que lleven biberones con leche, preferiblemente artificial. ¿Y en otras ciudades?

Y si bien, en el ámbito estatal hay cerca de 300 salas y los jardines infantiles ya no exigen el tetero, por el lado de la empresa privada se quedan cortos en contemplar que hay un grupo de la población trabajadora que necesita alimentar a los bebés con su leche, y mucho menos contempla espacios limpios, seguros y cómodos. 

Sumado a esto, son pocas mujeres las que saben que existe el derecho a la lactanciaasí como existe el derecho a la licencia de maternidad. Aunque la ley laboral colombiana permite a las madres dos descansos de treinta minutos cada uno dentro de la jornada de trabajo para amamantar, y aunque este favorecimiento no debe descontarse del salario mientras dure, es decir, durante los primeros seis meses de edad del bebé o más si un médico lo estipula, en mi concepto esa hora debería ser independiente de las pausas que una madre necesita para la extracción de leche. No se diga que se requieren cinco minutos de licencia laboral por escrito, para los que fuman un cigarrillo o se toman un café cada dos horas, tiempo que podría durar una extracción de afán. Bueno, en ciertos casos hasta para ir al baño hay que pedir permiso (y no propiamente para ir a extraerse leche).

¿Porqué hay que llegar al punto de obligar para cumplir con la responsabilidad y el deber de todos los que conformamos una sociedad de proteger y cuidar a las madres trabajadoras?, ¿es falta de conciencia?,¿ignorancia?, ¿no es lo suficientemente vinculante la conciencia moral?, ¿acaso la Convención de los derechos del niño no estipula que todos conozcan sobre las ventajas de la lactancia materna?, ¿acaso la Convención para la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer no señala que las mujeres deben tener servicios apropiados con relación al embarazo y a la lactancia materna?, ¿acaso la Constitución Política no establece que la lactancia materna debe ser protegida por las de disposiciones de la seguridad social? Aquí se confirma que el sentido común es todo menos un sentido. 

No es necesario hablar de los beneficios que tiene la lactancia materna para un bebé, ni para su madre. Tampoco explicar a las empresas que una madre que trabaja y amamanta es una madre digna de admirar, que probablemente no se ausentará tanto del trabajo porque su hijo se enfermará menos. Tampoco hay que explicar mucho para entender que una mamá que se extrae leche en el trabajo, tiene menos riesgo de que se le obstruya un conducto o de que le de mastitis y termine hospitalizada (teniendo que ausentarse del trabajo); así como corre menos riesgo de que se le disminuya su producción por no poder extraerse y tener que gastar dinero en sustitutos de la leche materna, si su deseo es continuar con ella. Menos hay que hablar de las ventajas para el mundo entero que tiene una lactancia exitosa que se quiere llevar a cabo pese a tantos tropiezos.


Lo que si es necesario, es reconocer un derecho básico, humano, que exige también de dosis de humanismo, y que necesita menos impedimentos por parte de los demás y más facilidad para que sea ejercido a plenitud.

Este reconocimiento debe venir de parte del Estado, de parte de la sociedad y de parte del mundo empresarial. 

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