LOS BEBÉS NO SE ACOSTRUMBRAN A BRAZOS, LOS NECESITAN

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Esta frase me salió de la cabeza hace muchos años, en un momento en que alguien me dijo que los bebés no debían acostumbrarse a los brazos. Respondí, que es cierto. Porque nadie se acostumbra a nada que necesita. Y de ahí nació uno de los lemas publicitarios de AYU, una empresa que surgió para que todos los bebés satisfagan su necesidad de contacto. ¡Y porqué no! también los que no somos bebés.

Los bebés nacen inmaduros y tienen que completar su desarrollo; lo hacen mejor cargados por sus cuidadores.

El antropólogo y humanista Ashley Montagu sostiene que el recién nacido es extremadamente inmaduro y se enfrenta a un largo período de maduración gradual luego de ser gestado en el útero (exterogestación). “Es un ajuste a su nuevo entorno fuera y una maduración gradual de sus órganos y sistemas que todavía no le permiten manejarse autónomamente”.

Y si el bebé nace indefenso, ¿cual es la mejor manera de cuidarlo mientras madura?

La respuesta está en el contacto físico como una necesidad vital

La ternura, las caricias y el contacto corporal son imprescindibles para el bebé que llega al mundo a completar el desarrollo que comenzó el útero materno. Reconocerlos durante la fase de exterogestación, le ayuda al bebé a ajustarse y a asegurar su existencia postnatal mientras va madurando gradualmente, aprende sobre su nuevo ambiente y sus órganos van desarrollándose. Así lo sostiene el investigador James McKenna, quien dice que el contacto no es solamente un beneficio complementario, es tan necesario como el aire. Según este autor, la cultura cambia, pero la necesidad evolutiva de contacto es la misma. Los bebés están diseñados para esperar la cercanía para crecer; esta cercanía les ayudará a estabilizar sus procesos fisiológicos y a mantener fuertes sus defensas.

La respuesta también está en la atención

Con la proximidad probablemente el cerebro del bebé evolucione con estructuras que lo conduzcan a sensaciones de seguridad y confianza, que se mantendrán conforme crezca y perduren en la adultez. La cercanía afecta positivamente el desarrollo emocional y social del ser humano y facilita los vínculos afectivos e instintivos necesarios para el desarrollo emocional y social.

Es tan importante el contacto físico, que dio origen al método canguro, el cual surgió en Colombia, cuando a falta de incubadoras en los centros de salud, los prematuros eran pegados a la piel de sus madres, cerca de su pecho y en posición vertical, día y noche. Y dio tanto resultado, que se sigue utilizando en muchos lugares del mundo.

La proximidad entonces, además de ser beneficiosa para la salud, brinda un sentido de confianza, bienestar afectivo, otorga seguridad y ayuda a fortalecer el vínculo.

Que no los separen

En algunos centros de salud en el mundo es común que inmediatamente luego del parto se separe a la mamá y al bebé para secar al pequeño, protegerlo del frío, vestirlo, hacerle valoraciones, medicaciones y procedimientos, para después devolverlo a su madre, preferiblemente luego de que se recupere y descanse. Pueden pasar varias horas.


Por el contrario, en otros centros asistenciales o cuando el parto transcurre fuera de ellos, es común ver que después del nacimiento, el cuerpo de la madre continúa siendo el hábitat del bebé y brinda el calor, el alimento y el baile de hormonas que fomenta el vínculo entre la diada. Incluso en los partos naturales se facilita que el bebé llegue por sí solo al pecho materno (reptar).

El contacto temprano

El contacto comienza idealmente desde el nacimiento. Se ubica al recién nacido desnudo, en decúbito ventral con la espalda cubierta con una manta. El pequeño permanece durante una hora o más sobre el pecho también desnudo de la madre.

¡Ese contacto logra hacer al bebé y a la mamá lo que sus cuerpos piden hacer naturalmente! evoca neuro-comportamientos que aseguran el cumplimiento de necesidades biológicas básicas. La proximidad temprana brinda al bebé la posibilidad de regresar al lugar de donde viene, su hábitat.

El bebé es expuesto a las bacterias (no nocivas) de la madre y a su primera vacuna: el calostro. A su vez, las gotas de leche están llenas de endorfinas que le ayudan a hacer más amable su entrada al mundo. El bebé puede sentir, ver y oler un entorno que le es familiar. Esa proximidad regula la temperatura del bebé y estabiliza sus signos vitales, su frecuencia cardíaca, la presión arterial, y le permite respirar normalmente. Por ende, las posibilidades de llanto son remotas.

El contacto temprano beneficia a la madre y cuidadores

Por su lado, la madre siente menos angustia por la separación. El estado de alerta del bebé facilita el agarre y como consecuencia, ayuda a su cuerpo a iniciar la lactancia y a mantenerla por más tiempo. La primera succión facilita la contracción del útero (menos hemorragias) y facilita la expulsión de la placenta. El bebé recibe lo suficiente mientras aprende a manejar un mayor volumen y al amamantar a libre demanda se previene la congestión mamaria después. Así se mantiene la producción de la leche que lo alimentará por un buen tiempo. Según el obstetra francés Michelle Odent, durante la primera hora de vida se da un pico de oxitocina estimulado por el primer contacto entre la madre y el bebé. Cuando amamanta, los efectos de la hormona del amor se dirigen al bebé que idealmente se convierte en el objeto de su amor.

Estrategias para facilitar el contacto precoz

En 1991, la OMS y UNICEF se dieron a la tarea de mejorar las posibilidades de la lactancia con “Diez pasos hacia una feliz lactancia natural”. Promovieron a los centros de salud del mundo a seguirlos y conseguir la acreditación IHAN (Iniciativa para la humanización de la asistencia al nacimiento y la lactancia).

Existen estrategias que permiten este contacto conocer sobre su importancia e informar de los beneficios del contacto físico seguido al parto entre mamá y bebé, y alentar a los educadores, a los profesionales de la salud, a las nuevas familias y a los familiares para que se pueda facilitar el contacto piel a piel, para que se pueda respetar el acercamiento, incluso para no presionar el contacto si por alguna razón no puede realizarse.

Son estrategias para que se puedan mantener unidos después del parto la mamá o persona gestante y el bebé.

Soluciones como instar a los centros y autoridades de salud para que incluyan en sus políticas el respeto al vínculo de mamá – bebé y apoyar las iniciativas que permitan que se de ese contacto vital, forman parte del apoyo a la proximidad, así como los recursos sobre capacitación clínica en la evaluación de la lactancia, la posibilidad de investigar cómo es el apoyo a las madres y el seguimiento que se le da; por ejemplo, cómo se puede ayudar a colocar al bebé al pecho materno, si se fomenta la lactancia a demanda, si se evitan chupetes de entretención y tetinas, y si se evitan suplementos si no es indicado. De esta manera habrá probablemente un mejor inicio y una mayor duración de la lactancia.

Falsas creencias

Algunos ven como incorrecto llevar mucho tiempo en brazos al bebé, temen que requiera de constante atención y que no desarrolle un saludable sentido de la independencia. Lo cierto es que necesita de la proximidad física tanto como del sueño y del alimento, y muchas familias son felices criando a sus pequeños a través de la atención, el contacto y la cercanía. Y muchos bebés también son felices recibiendo estos cuidados…

Es fácil de demostrar. El cuerpo está diseñado para cargar al bebé de manera natural y responder a su necesidad de contacto. Observa la necesidad de brazos de un infante solo mirando qué pasa si se le aleja. Así sea a una corta distancia, esté despierto o esté dormido. ¿Has visto que muchos bebés se duermen en brazos y al dejarlos en otro lado lloran?

Según Jean Liedloff en su libro “El concepto del continuum”, la tarea del bebé pegado al cuerpo de la madre es tener experiencias que le permitirán más tarde estar preparado para seguir desarrollándose para ser independiente”. La fase en brazos es esencial para que el bebé pueda convertirse más adelante en una persona independiente. Su independencia muy probablemente surgirá sin que tenga que ser empujado a ella, sino que provendrá de las experiencias de confianza que haya adquirido sobre la base de la satisfacción de sus necesidades.

Si “cada terminación nerviosa bajo la piel recién expuesta del bebé desea intensamente el abrazo esperado; todo su ser, el carácter de todo cuanto es, le conduce a ser sostenido en brazos” como Jean Liedloff lo escribió en “El concepto del Continuum”, seguramente al ayudar a que ese contacto se de luego del nacimiento, ayudaremos a que haya muchas familias felices.

La necesidad de contacto también es importante después 

"LOS BEBÉS NO SE ACOSTUMBRAN A BRAZOS, LOS NECESITAN VC 
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Finalizo con esta frase magistral:

“Después de que nuestra civilización industrial se haya roto y la civilización del contacto haya comenzado, la guerra cesará; no habrá más guerras”. D. H. Lawrence (1885-1930).

Imágenes exclusivas de AYU, prohibida su reproducción total o parcial. La frase "Los bebés no se acostumbran a los brazos, los necesitan" es el slogan de la marca AYU. Al utilizarla, mencionar el nombre de la autora. De esta obra hace parte el manual ilustrativo "Los bebés no se acostumbran a los brazos, los necesitan". 




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