El calostro
El calostro, aquel líquido amarillento y espeso secretado por los pechos cuando ocurre el nacimiento es muy importante y beneficioso para los "nenes de leche" que lo reciben.
Dentro de los tres a seis días siguientes al parto aproximadamente y durante unos días, el calostro se irá transformando hasta conformar la leche madura.
El calostro contiene elementos como vitaminas, minerales, proteínas y defensas que facilitan su desarrollo y protegen su sistema inmunológico, es decir, todo su sistema de defensas se fortalece y protege de bacterias, infecciones y virus, ya que el calostro es un líquido vivo con características propias que ningún otro líquido contiene. Este ejército de defensas continuará otorgando protección al bebé durante toda la lactancia y más allá. Otra cualidad del calostro es su fácil digestión y sus efectos laxantes que contribuyen a que el bebé recién nacido expulse el meconio, aquellas primeras deposiciones negruzcas y pegajosas.
Un bebé necesita recibir con frecuencia el alimento materno para poder desarrollarse y la naturaleza sabia lo dosifica desde el principio, de ahí que el calostro venga en pequeñas cantidades, aunque suficientes para el bebé. Al principio un bebé succiona con bastante frecuencia y por períodos cortos y duerme; comportamiento perfectamente normal. Ponerlo al pecho de forma natural tanto de día como de noche, sin restricciones y conforme lo necesite, cuidando de un buen agarre y posición, facilita su alimentación, su desarrollo y permite que el cuerpo de la madre fabrique la leche que el bebé necesita en cantidades suficientes.
El calostro es muy preciado, aprovéchalo.
Comentarios