El feminismo y la maternidad
¡Hoy tenemos como blogger invitada a la psicóloga y terapeuta infantil y de familia Susana Albornoz di Filippo.
Susana es mamá de Amaranta y Paloma, Doula certificada y diplomada en Educación prenatal, perinatal y postnatal de EMESFAO y la Universidad de la Sabana. Susana creó un taller de vínculo "Manitos y Cascabeles" para madres y padres de familia con bebés de 0 a 24 meses y brinda consulta privada. Puedes contactarla si necesitas asesorías en crianza, conferencias y talleres para padres de familia y niños. Tel: (0057) 321 2427888. E-mail: albornozs0902@gmail.com
EL FEMINISMO Y LA MATERNIDAD
Durante años a lo largo de la historia
se ha hablado del feminismo y del derecho que tenemos las mujeres de ser
iguales que los hombres. Y a lo largo de mi historia, no he hecho otra cosa que
sentirme y verme siempre diferente.
Entiendo que parte del feminismo es
empoderar a las mujeres para que no se dejen avasallar, es poder luchar por
nuestros sueños y poder salir de un lugar oculto: la sombre de lo masculino;
para trabajar, ganar dinero, ser económicamente independientes y poder acceder
a lugares de opinión y política que antes nos eran vetados por nuestra
condición física de tetas, vulva y útero. Y tenemos mucho más por decir y hacer
en este mundo.
Y me siento agradecida por el camino
que han abierto estas valientes mujeres feministas que se ganaron el derecho a
votar, el derecho a estudiar y el derecho a trabajar. Gracias a ese proceso
histórico, hoy como mujer me siento empoderada…. con gran poder para decidir qué tipo de mujer quiero ser. Soy esta mujer madre de familia que cree en la crianza
respetuosa y consciente. Soy esta mujer que es madre y quiere quedarse en casa
(gran parte del tiempo) para estar con los hijos. Soy esta mujer que ejerce su
derecho político a educar niños para una mejor sociedad. Soy esta mujer que
decide trabajar poco y vivir la vida en compañía de un hombre.
Decido conscientemente y abiertamente
compartir mi vida con un hombre, tener hijos y estar en casa junto a ellos.
¿Por qué? porqué así como en los años cincuenta fue importante ganar para la
mujer el derecho al voto, creo firmemente que hoy es importante mantener el
derecho, desde el respeto, de quedarnos en casa.
¿Acaso criar no es un trabajo?
¿entonces por qué sí le pagamos a los educadores por llevar a cabo labores de
crianza? Y si decido tener hijos ¿qué postura es más responsable que el decidir
hacerme cargo de ellos? Si a mí me pagaran por el tiempo invertido en mi casa
por hora, ganaría un sueldo mayor al que gana un trabajador promedio. Si pasara
mi hoja de vida a las empresas con mi perfil de madre, seguro querrían tenerme
en todas, pues una madre que lo es por iniciativa propia y decide criar desde
la consciencia (crianza natural, crianza con apego, crianza respetuosa, crianza en brazos), es una mujer proactiva, creativa, multifuncional, capaz de
trabajar en equipo, emprendedora, “rebuscadora”, con un gran poder de
convicción, excelente ecónoma y, sobre todo, LIBRE.
Yo creo que los movimientos históricos
son como un péndulo. No niego el gran esfuerzo de las mujeres de antaño; aunque
creo que el péndulo se fue al extremo después de muchos años de represalia.
Ahora es tiempo de encontrar el punto medio y para mí, el punto medio es que
cada mujer decida libremente cómo quiere vivir su vida en todos los ámbitos:
laboral, maternal, familiar, social, etc. Si alguna quiere trabajar, que lo
haga y sea la más exitosa; si otra mujer quiere parir diez hijos y quedarse en
casa, que lo haga con consciencia; y si es de las que prefieren ser promiscuas,
que lo sea. Vivimos en un mundo pluralista en donde la diversidad es nuestro
pan de cada día y ¡la diferencia una condición fundamental!
Me refiero a la maternidad porque es
el punto que considero se ve ve afectado en este movimiento feminista:
nuevamente nos vemos juzgadas y puestas a un lado, ya no por los hombres, ¡sino
por nuestras pares!, las mujeres que se igualaron a los hombres.
Que decida ser mamá y criar como yo crío,
no quiere decir que mi ser entero se vea determinado solo por el hecho de criar,
también sueño con otras cosas y me gusta trabajar ¡y sí, también trabajo!
En resumen, lo que quiero decir es que
así como hace años nos separamos de la sombra de los pantalones de los hombres,
hoy no quiero ni acepto ser juzgada por aquellas mujeres que se pusieron esos
pantalones.
Yo soy mujer libre, empoderada y
consciente. Yo decido cómo vivo mi vida, cómo vivo mi feminidad y con quién la
vivo. Me declaro libre, consciente, empoderada y políticamente competente. Y
así mismo educaré a mis hijas, pasando mucho tiempo con ellas.
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