El contacto piel a piel luego del parto

El contacto piel a piel, la fase en brazos. En los albores de la humanidad y debido a un hecho tan propio de nuestras prácticas evolutivas, se estrechó la pelvis para permitir que el ser humano pudiera adoptar una posición erguida y dejara de andar en cuatro patas, para andar de pie. 



Alt=”lactancia durante la primera hora de vida"


Según el divulgador científico Eduardo Punset, el cerebro del bebé duplica su peso durante los seis primeros meses después de nacer y adquiere un noventa y cinco por ciento de su tamaño final a los siete años. Es debido a dicha estrategia evolutiva (heterocromía) basada en el tamaño de nuestro cerebro y en el hecho de caminar erguidos, que nacemos tan indefensos y tardamos tanto tiempo en madurar. El antropólogo y humanista Ashley Montagu sostiene que el recién nacido es extremadamente inmaduro y se enfrenta a un largo período de maduración gradual luego de ser gestado en el útero (exterogestación). “Es un ajuste a su nuevo entorno fuera y una maduración gradual de sus órganos y sistemas que todavía no le permiten manejarse autónomamente”.

Si el bebé nace indefenso, ¿cual es la mejor manera de cuidarle mientras madura?

La respuesta está en el contacto físico como una necesidad vital:

La ternura, las caricias y el contacto corporal son imprescindibles para el bebé que llega al mundo a completar el desarrollo que comenzó el útero materno. Reconocer esas necesidades durante la fase de exterogestación, le ayuda al bebé a ajustarse y asegurar su existencia postnatal mientras va madurando gradualmente, aprende sobre su nuevo ambiente y sus órganos van desarrollándose. Esto lo sostiene el investigador James McKenna, quien dice que el contacto no es solamente un beneficio complementario; es tan necesario como el aire. Según este autor, la cultura cambia, pero la necesidad evolutiva de contacto es la misma. Los bebés están diseñados para esperar la cercanía para crecer; esta cercanía les ayudará a estabilizar sus procesos fisiológicos y mantener fuertes sus defensas.

La respuesta también está en la atención:

Con la proximidad probablemente su cerebro evolucione con estructuras que le conduzcan a sensaciones de seguridad y confianza que se mantendrán conforme crezca y perduren en la adultez. La cercanía afecta positivamente el desarrollo emocional y social del ser humano y facilita vínculos afectivos e instintivos para el desarrollo emocional y social.

Es tal la importancia del contacto físico, que dio origen al método canguro, que surgió cuando a falta de incubadoras en los centros de salud, los prematuros eran pegados a la piel de sus madres, cerca de su pecho y en posición vertical, día y noche. Y dio tanto resultado, que se sigue utilizando en muchos lugares del mundo.

La proximidad entonces, además de ser beneficiosa para la salud, brinda un sentido de confianza, bienestar afectivo, otorga seguridad y ayuda a fortalecer del vínculo.

Que no los separen

En algunos centros de salud en el mundo es común que inmediatamente luego del parto se separe a  la mamá y al bebé para secar al pequeño, protegerlo del frío, vestirlo, hacerle valoraciones, medicaciones y procedimientos, para luego devolverlo a su madre, preferiblemente luego de que se recupere y descanse. Pueden pasar varias horas.

Por el contrario, en otros centros asistenciales o cuando el parto transcurre fuera de ellos, es común ver que inmediatamente luego del nacimiento, el cuerpo de la madre continúa siendo el hábitat del bebé y brinda el calor, el alimento y el baile de hormonas que fomenta el vínculo entre la díada. Incluso en los partos naturales se facilita que el bebé llegue por sí solo al pecho materno (reptar). http://www.youtube.com/watch?v=G3K87l9hNOE

El contacto temprano

El contacto comienza idealmente desde el nacimiento. Se ubica al recién nacido desnudo, en decúbito ventral con la espalda cubierta con una manta. El pequeño permanece durante una hora o más sobre el pecho desnudo de la madre. Ese contacto logra hacer al bebé y a la mamá lo que sus cuerpos piden hacer naturalmente, y evoca neurocomportamientos que aseguran el cumplimiento de necesidades biológicas básicas (el bebé, luego de un parto no medicado tiene la capacidad de reptar hacia el pecho materno y valerse de sus instintos para succionar e iniciar la lactancia). El contacto temprano brinda al bebé regresa al lugar de donde viene, su hábitat.

El contacto temprano beneficia al bebé

Lo expone a las bacterias (no nocivas) de la madre y a su primera vacuna: el calostro. A su vez, las gotas de leche están llenas de endorfinas que le ayudan a hacer más amable su entrada al mundo. El bebé puede sentir, ver y oler un entorno que le es familiar. Esa proximidad regula la temperatura del bebé y estabiliza sus signos vitales, su frecuencia cardíaca, presión arterial y le permite respirar normalmente. Por ende las posibilidades de llanto son remotas.

El contacto temprano beneficia a la madre

Por su lado, la madre siente menos angustia por la separación. El estado de alerta del bebé facilita el agarre y por ende, ayuda al cuerpo materno a iniciar la lactancia y mantenerla por más tiempo. La primera succión ayuda a contraer el útero (menos hemorragias) y facilita la expulsión de la placenta. Al amamantar a libre demanda se previene la congestión mamaria después. Y el bebé recibe lo suficiente mientras aprende a manejar un mayor volumen. Por ende, se aumenta la producción de la leche que lo alimentará por un buen tiempo. Según el obstetra francés Michelle Odent, durante la primera hora de vida se da un pico de oxitocina estimulado por el primer contacto entre la madre y el bebé. Cuando la madre amamanta, los efectos de la hormona del amor se dirigen al bebé que se convierte en el objeto de su amor.

Estrategias para facilitar el contacto precoz

En 1991, la OMS y UNICEF dieron a la tarea de mejorar las posibilidades de la lactancia con “Diez pasos hacia una feliz lactancia natural”. Promovieron a todos los centros de salud del mundo a seguirlos y conseguir la acreditación IHAN (Iniciativa para la humanización de la asistencia al nacimiento y la lactancia). Existen estrategias que permiten este contacto conocer sobre su importancia e informar de los beneficios del contacto físico seguido al parto entre mamá y bebé, y alentar a los educadores, a los profesionales de la salud, a las nuevas familias y a los familiares para que se pueda facilitar el contacto piel a piel, para que se pueda respetar el acercamiento, incluso para no presionar el contacto si por alguna razón no puede realizarse. Estrategias para que se puedan mantener unidos después del parto a la mamá y al bebé. Soluciones como instar a los centros y autoridades de salud para que incluyan en sus políticas el respeto al vínculo de la díada mamá – bebé y apoyar las iniciativas que permitan que se de ese contacto vital forman parte del apoyo a la proximidad, así como los recursos sobre capacitación clínica en la evaluación de la lactancia, la posibilidad de investigar cómo es el apoyo a las madres y el seguimiento que se le da, por ejemplo cómo se puede ayudar a colocar al bebé al pecho materno, si se  fomenta la lactancia a demanda, si se evitan chupetes de entretención y tetinas, y si se  evitan suplementos si no es indicado. De esta manera habrá probablemente un mejor inicio y una mayor duración de la lactancia.

Si “cada terminación nerviosa bajo la piel recién expuesta del bebé desea intensamente el abrazo esperado; todo su ser, el carácter de todo cuanto es, le conduce a ser sostenido en brazos”, como Jean Liedloff lo escribió en “El concepto del Continuum”, seguramente al ayudar a que ese contacto se de luego del nacimiento, ayudaremos a que haya muchas familias felices.

La necesidad de contacto también es importante después

Falsas creencias. Algunos ven como incorrecto llevar mucho tiempo en brazos al bebé, temen que requiera de constante atención y que no desarrolle un saludable sentido de la independencia. Lo cierto es que necesita la proximidad física tanto como del sueño y del alimento y muchas familias son felices criando a sus pequeños a través de la atención, el contacto y la cercanía. Y muchos bebés también son felices recibiendo estos cuidados… Los bebés no se acostumbran a los brazos, los necesitan.

Nuestro cuerpo está diseñado para cargar al bebé de manera natural y responder a su necesidad de contacto. Observa la necesidad de brazos de un bebé solo mirando qué pasa si te alejas, así sea a una corta distancia, esté despierto, o esté dormido. ¿Has visto que muchos se duermen en brazos y al dejarlos en otro lado lloran? Según Jean Liedloff en su libro “El concepto del continuum”, la tarea del bebé pegado al cuerpo de la madre es tener experiencias que le permitirán más tarde estar preparado para seguir desarrollándose para ser independiente”. La fase en brazos es esencial para que el bebé pueda convertirse más adelante en una persona independiente. Su independencia muy probablemente surgirá sin que tenga que ser empujado a ella, sino que provendrá de las experiencias de confianza que haya adquirido sobre la base de la satisfacción de sus necesidades.  

“Después de que nuestra civilización industrial se haya roto y la civilización del contacto haya comenzado, la guerra cesará; no habrá más guerras”. D. H. Lawrence (1885-1930).


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