Los mejores juguetes del mundo
Al escoger juguetes de bebés, se considera su tamaño para que no terminen metidos en la nariz, en la garganta o en el pañal; si ya diferencian texturas, colores y sabores, o si ya se desplazan. Al elegir juguetes para niños, se piensa en si ya saben armar y desarmar, si gustan de los de fichas o si ya dominan algunos talentos. También si están al pendiente de la moda o si les basta salir a jugar con piedritas y ramitas.
Los adultos nos entretenemos con diversidad de juguetes: jardines zen, rompecabezas, imanes e incluso autos de colección, entre otros. El juego se adapta a todas las edades, incluso a todos los géneros. ¿Quién dijo que una niña no juega con carritos y un niño no carga muñecos en su portabebés?
Los adultos nos entretenemos con diversidad de juguetes: jardines zen, rompecabezas, imanes e incluso autos de colección, entre otros. El juego se adapta a todas las edades, incluso a todos los géneros. ¿Quién dijo que una niña no juega con carritos y un niño no carga muñecos en su portabebés?
Los mejores juguetes del mundo son los que permiten explorar y descubrir para qué sirven, mejorar la coordinación, la motricidad y entender causa – efecto. Son los que sirven según la edad, para entretenerse en equipo, con un compañero o solos y los que además de servir para competiciones, son útiles para aprender sobre integración, socialización y cooperación, en un ambiente de ayuda y logros (más allá de quién ganó y quién perdió). Son aquellos que sirven para distraerse y divertirse, pero también para educarse, estimularse, entender el entorno y desarrollar la creatividad. Y además para expresar emociones, para aprender a cuidar, solucionar problemas, confrontar los miedos, trabajar la fantasía y mirar hacia el futuro.
Desde juguetes para arrastrar y empujar hasta cajas de cartón o un cuenco para ablandar con las manos la masa para hornear que está haciendo la abuela; desde juegos de roles, hasta sirenas, automotores, muñecos, pelotas, crayones, colores, acuarelas, plastilina, arcilla, barro; rompecabezas, patines, triciclos, bicicletas y cacharros de todas las formas y colores. También palancas, peluches, reproductores, juegos eléctricos y electrónicos, bloques, torres, títeres, teatrinos, elementos de construcción, instrumentos, tejidos, lazos, juegos de mesa, de ciencias... Son tantas las alternativas para jugar, como granos de arena hay.
Se trate de un juguete para bebés o para chicos y grandes, todos convierten al mundo en un espacio encantador sin fronteras, y lo transforman en un lugar para imaginar, descubrir, divertirse y aprender, donde somos amos y señores pasando por un camino positivo y estimulante.
Jugar nos otorga bienestar, nos permite expresarnos, divertirnos, explorar, vincularnos... Es maravilloso. Nunca dejemos de jugar, nunca dejemos los juguetes.
Desde juguetes para arrastrar y empujar hasta cajas de cartón o un cuenco para ablandar con las manos la masa para hornear que está haciendo la abuela; desde juegos de roles, hasta sirenas, automotores, muñecos, pelotas, crayones, colores, acuarelas, plastilina, arcilla, barro; rompecabezas, patines, triciclos, bicicletas y cacharros de todas las formas y colores. También palancas, peluches, reproductores, juegos eléctricos y electrónicos, bloques, torres, títeres, teatrinos, elementos de construcción, instrumentos, tejidos, lazos, juegos de mesa, de ciencias... Son tantas las alternativas para jugar, como granos de arena hay.
Se trate de un juguete para bebés o para chicos y grandes, todos convierten al mundo en un espacio encantador sin fronteras, y lo transforman en un lugar para imaginar, descubrir, divertirse y aprender, donde somos amos y señores pasando por un camino positivo y estimulante.
Jugar nos otorga bienestar, nos permite expresarnos, divertirnos, explorar, vincularnos... Es maravilloso. Nunca dejemos de jugar, nunca dejemos los juguetes.
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