PORTEO: 6 BENEFICIOS Y VENTAJAS PARA EL BEBÉ
Los bebés se benefician mucho cuando se les lleva en brazos y los portabebés de tela son maravillosos para ellos porque brindan multiples ventajas. Conoce algunas de ellas:
1. Ejercicio y aventuras
¿Quién dijo que para un bebé, el ser llevado en brazos es una actividad pasiva? Los brazos, además de dormir; le permiten al bebé relajarse, escuchar ruidos, voces y sonidos; ser movido, sostenido, levantado, subido, bajado, alzado, cambiado de postura, cambiado de pañal, ser acomodado. Siente texturas, temperaturas y percibe el bienestar que le proporciona el alimento.
Te siente. Puede percibir el ritmo de tus actividades mientras lo llevas; observar y recibir impresiones si te agachas, te levantas o caminas; experimentar cualquier cambio de posición o recibir de quienes lo sostienen, su voz, su humor, su temperatura, todo su ser.
Esta gran aventura representa un ejercicio para el bebé, que utiliza los músculos de su cuerpo para compensar los movimientos de quien lo carga. Ni se diga del trabajo del pequeño a nivel vestibular que regula su equilibrio. El balanceo que se produce al cargarlo le otorga bienestar y evoca el ritmo de los movimientos cuando estaba en el útero.
2. Bondades en el desarrollo
Cuando un pequeño es llevado en un portabebé, se favorece su desarrollo físico. La cercanía física lo ayuda a regular su propia temperatura, los latidos de su corazón y la respiración, los cuales se mantienen constantes y estables.
Con un uso correcto y ergonómico también se suele contribuir a un saludable desarrollo de la columna vertebral; su diminuto cuerpo se ajusta a tu movimientos, y a la vez se va ejercitando mientras se forma y adquiere la fuerza que determinará sus progresos físicos. La ergonomía establece qué tan cómodo y seguro es el portabebé para el bebé y para quien lo lleva cuando es utilizado en una posición correcta. Un portabebé ergonómico se ajusta a la edad, el tamaño y las necesidades del bebé. Favorece además una postura fisiológica, de manera que su cuello y columna tengan un soporte seguro, fomentando también el desarrollo de las caderas sanas del pequeño.
El pecho materno está cerca para recibirlo a libre demanda y puede recibir su alimento con más frecuencia. Por ende, su aumento de peso será óptimo; y si es alimentado de otra manera, su cuidador puede también detectar sus necesidades y ofrecerle su nutrición.
Portear al bebé optimiza su desarrollo mental, porque lo rodea un ambiente enriquecido lo cual contribuye a que su cerebro se desarrolle mejor. Al ser cargado pasa más tiempo en un estado tranquilo de alerta, óptimo para el aprendizaje, lo cual estimula su sistema cognitivo. Wiliam Sears, conocido pediatra norteamericano, sostiene que el bebé aprende de todas las sutiles expresiones faciales, el lenguaje corporal, las inflexiones de voz y tonos, patrones de respiración y las emociones del cuidador.
3. El sueño
El dormir y el contacto físico están relacionados estrechamente, como lo explicara años atrás la psicoanalista austriaca Anna Freud, quien observó que al bebé le es difícil quedarse dormido cuando es separado del cálido cuerpo de su madre. Ana Freud sostuvo que esa necesidad de cercanía que tiene un bebé al dormir, es una necesidad natural, primitiva y biológica. A diferencia de la exposición que se hace de algunos bebés a largas horas de soledad por la idea errónea de que es saludable dormir solo, descansar solo, y más adelante jugar solo. Es así como algunas personas notan, que cuando el bebé está acompañado al momento de dormir, duerme mejor y va organizando sus ciclos de sueño.
Portear al bebé suele facilitar este acompañamiento, porque el bebé puede hacer sus siestas en contacto estrecho de quien lo lleva en brazos y dormir plácidamente. Adicionalmente, estar en brazos reduce el tiempo en que el bebé está acostado sobre una superficie plana y tiene menos riesgo de desarrollar plagiocefalia (aplanamiento del cráneo por una postura prolongada en la misma posición).
4. El bienestar
Un bebé puede necesita ser cargado para calmarse, por ejemplo si llora; o si está irritable, enfermo, si le están saliendo los dientes o está cansado. La proximidad que brinda el porteo, le da tranquilidad y es menos propenso al llanto. Los eventos de constipación, cólicos, gases y reflujo gastroesofágico también son menos frecuentes, porque al ser llevado en posición vertical (la posición óptima en el uso de portabebés) le ayuda la gravedad, y su digestión es estimulada mediante el leve masaje que le brinda el contacto. Además no tienen que llorar para pedir brazos; llorar los llena de gases en mayor proporción de los gases que les pudiera producir el alimento. Los bebés que necesitan contacto piel a piel se ven beneficiados cuando se los carga en un portabebé.
5. El vínculo
El hecho de tener acceso el uno al otro cimienta el vínculo y brinda soporte a la necesidad innata de estar juntos. El uso de un portabebé se convierte en una manera de brindar esa cercanía y seguridad al bebé, que anhela desde que llega al mundo el contacto físico que ya recibía de mamá cuando estaba en el vientre, cuyas sensaciones puede emular de forma placentera a través de ella, o a través de las personas que contribuyen a la continuación de su desarrollo físico, emocional, intelectual, estructural, fisiológico y neurológico.
Al utilizar un portabebé posiblemente tengas una perfecta oportunidad de conexión que favorezca un vínculo especial, que le permitirá al bebé sentir tu voz, tu olor, los latidos de tu corazón, tu respiración, tus mimos; y sentirse confortable además de recibir la calidez de tus brazos, la comodidad y el calor.
Estudios han comparado los niveles de vínculo que presentan los bebés cargados en portabebés, con respecto a bebés cargados en asientos para carro. Los resultados indican que a los trece meses, los bebés que fueron cargados en portabebés eran más propensos a demostrar un fuerte y seguro vínculo con sus madres. (Anisfeld, Casper, Nozyce, & Cunningham, 1990).
6 El ámbito social
El porteo contribuye a que el bebé pueda desarrollarse socialmente interactuando con los demás desde un sitio seguro y con una vista “panorámica”; observando y participando en las actividades de los más grandes, aprendiendo del mundo y de su entorno mientras tiene una continua relación con su cuidador y experimenta la seguridad que brinda la cercanía. Es una manera de aprender a confiar en el mundo que lo rodea y de explorar el mundo e interactuar con los demás, pero también ocultarse si recibe muchas impresiones.
“A medida que nuestra bebé Clara que ya tiene diez meses ha ido creciendo, hemos notado que siente la necesidad de ver el mundo. La hemos llevado a la espalda con nudos en nuestro fular tejido, verificando que la tela esté bien desplegada y cubra su cuerpo desde la espalda, formando bien la bolsa que da sostén al asiento. ¡Ella está feliz! Justine.
Por: Valeria Calderón, mamá, abogada y educadora certificada.
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