Lactancia: ¿A quién culpar de su fracaso?

Unicef, la OMS y los organismos mundiales de apoyo a la lactancia reconocen a la leche humana como el alimento ideal para los bebés y sugieren que sea exclusiva durante los primeros seis meses de vida del bebé. Recomiendan mantenerla por lo menos dos años y finalizarla cuando madre y bebé así lo deseen. 


Alt="Falta de leche materna"


Entonces, si hay tantos niños amamantados en el mundo, ¿por qué escuchamos a diario frases como “me dijeron que soy "mala lechera" porque mi mamá no me amamantó”; me duele amamantar; “yo no di leche”; me dolía tanto que no logré pasar de una semana”; “esa leche es agüita después de los seis meses” y demás historias de fracaso?

¿Serán tantas las llamadas "malas lecheras"?, ¿o más bien serán tantas las que se creen el cuento de que lo son? ¿se podría decir que tantos tropiezos se presentan a diario cuando nace un bebé, que la lactancia es lo primero que falla cuando de la crianza se trata?

Sentir que se fracasa es causa de abatimiento, pero no tiene porqué ser así. Cuando me preguntan sobre las causas de tantos “fracasos” yo no lo veo como un asunto de haber obtenido un resultado adverso. En todo caso 
abatirse es legítimo y más que justificado; y cómo no; tanto se culpa a las madres poniéndoles expectativas sobre su crianza, y tanto se sienten culpables ellas mismas, cuando es posible que el tropiezo ni si quiera venga por su propia causa. 

Es muy posible que el fracaso venga de la falta de información, o mucho peor; de la información incorrecta. De no saber cómo se da el pecho a un bebé por ver a tanto bebé alimentado con biberón y a tan pocas personas alimentando a sus bebés directamente del pecho. El fracaso puede venir de no verificarse que una mamá que ha dado a luz salga del sitio donde ha dado a luz con la lactancia establecida. El revés puede surgir de meterle en la cabeza tanto mito que raya en lo cómico, como ese de los veinte minutos por una y veinte minutos por la otra o decirle le ponga horarios a un pequeño que necesita recibir su alimento cada vez que lo pida y durante el tiempo que lo pida, con un buen agarre y colocación al pecho. O también de sugerirle atrevidamente que “no lo acostumbre a brazos” cuando los necesita tanto como el alimento. 

Si, falta de información pero también mala información.

Y es muy posible también que el fallo venga de la falta de apoyo. Apoyo que debemos de dar todos: los profesionales de la salud, la familia, los amigos, la misma sociedad; porque lo que más necesita quien ha traído una vida al mundo es que su entorno la proteja y le pregunte qué pueden hacer para que se sienta bien, cuiden de quien está criando para que a la vez pueda cuidar a su bebé. 


En vez de decirle lo que tiene que hacer, para qué sirve y cómo lo tiene que hacer.

¿Es realmente una cuestión de fracaso? Amamantar no tiene porqué doler. Y es rarísimo que no podamos amamantar o fabricar la leche que el bebé necesita. Para que la lactancia sea exitosa puede bastar la información, el apoyo y creer que se va a poder.

Infórmate, recibe apoyo si lo necesitas. Y lo más importante: cree en ti. 


¡Ah! Y por favor, no tragues entero.

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