El vaso medio vacío, la teta medio llena. Producción de leche.



Lactancia materna y producción; muchas preguntas: ¿Qué pasa si siento los pechos vacíos luego de la toma y cuánto tiempo pasará hasta que se llenen de nuevo?, ¿si siento todo el tiempo los pechos vacíos porque el bebé me pide a cada rato, se llenarán en algún momento?, ¿de donde saldrá más leche si el pecho ya fue desocupado? ¿porqué cuando pasan más horas los pechos se sienten llenos y la toma se siente como más efectiva y plena que cuando el bebé toma a cada rato? Y la pregunta estrella: ¿si mi bebé pide el pecho tan seguido quiere decir que no se llena o que mi leche no lo alimenta?




Si nos imagináramos que los pechos maternos son como un vaso lleno de líquido, podríamos creer que cuando el bebé toma la leche materna, el líquido del vaso se acaba en cuanto acaba la toma y ya no hay más. También podríamos pensar que como quedan vacíos, hay que esperar a que se llenen otra vez para tener suficiente para la siguiente toma (en el ejemplo del vaso, "llenarlo de nuevo”), y que el bebé reciba una toma completa y así aguantar más tiempo sin comer y quedar totalmente satisfecho porque, volviendo al ejemplo, se tomó “todo el vaso”.


Las mamas se podrían parecer a un "vaso lleno" y cuando el vaso está lleno daría la impresión de que hubiera más leche y ésta saliera más rápido hasta que se acaba. Pero lo increíble de esta historia es que cuando de lactancia se habla, pareciera que se vaciara y mágicamente, al volver a tomar siguiera saliendo alimento (así no sea tan rápido o no se sienta repleto como cuando estaba lleno). ¿Has visto los vasos mágicos que tienen un líquido por dentro que se desaparece cuando lo inclinas y al ponerlo de nuevo vertical vuelve a aparecer?

Esto tiene una explicación: En el cerebro hay una glándula que se llama hipófisis. Cuando hay un estímulo, esta glándula segrega hormonas que ayudan mucho a la lactancia: la oxitocina y la prolactina. Ese estímulo lo recibe el pecho materno a través de la succión que hace el bebé o de la extracción de la leche por otro medio. Si el pecho se estimula, las hormonas se ponen a trabajar y el cuerpo produce leche materna. Y produce tanta como se le estimule. En el caso del bebé, ni más ni menos de la que el pequeño necesita. 

Cuando el bebé no toma leche suficiente o la mamá no se extrae leche, dentro de la leche queda una sustancia inhibidora (Feedback inhibitor of lactation) que le dice al cuerpo que no fabrique más: No hay estímulo, no hay bebé que alimentar, o que fabrique lo mínimo posible, de acuerdo a la demanda.

Se puede entender entonces que si hay mucho estímulo, se produce mucha leche. Si hay poco estímulo, se produce poca leche. En el ejemplo del vaso, se termina el líquido luego de beberlo y ya está. Pero como los pechos no son como un vaso que se llena y se vacía, aquel "vaso de la lactancia" no acaba el líquido luego de haberlo bebido si el dispensador es abierto a necesidad. Siempre que se abra, habrá para tomar. Entre más se abra, más saldrá, así parezca vacío. 


Si ponemos horarios, si creemos que el bebé pide mucho y que es por ello que se queda con hambre; si consideramos que el bebé debe aguantar determinado tiempo entre tomas para que haga la digestión o porque nos dijeron que contabilizáramos y separáramos las tomas, si pensamos que la leche no lo alimenta o no le damos de comer cuando lo pida y si pensamos que no debe pasar tanto tiempo en brazos, menos veces se va a abrir el "dispensador" (siguiendo con el tema del vaso), entonces las hormonas trabajarán más lento y por ende habrá menos leche.


Y como consecuencia, el bebé, que además tiene un fuerte instinto de succión, posiblemente empezará a molestarse porque no le permiten seguir su propio ritmo. Y es cuando aparecen los suplementos. La leche empieza a acabarse porque aquel inhibidor va ganando terreno y el cuerpo de la madre no sabe que el bebé se la está tomando por otro lado. Entonces deja de producir.

No importa si los pechos no se sienten llenos, no importa si ya no gotean. Si el bebé toma cada vez que lo pide y durante el tiempo que lo pide, con un buen agarre al pecho y en una buena posición, habrá leche. Lo suficiente.



Por: Valeria Calderón, mamá, educadora certificada y abogada con énfasis en salud reproductiva. 


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