Las asesoras maternas cobrando

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La educación formal e informal orientada al campo de la asesoría puede hacerse en universidades o en escuelas de formación, de manera presencial, semipresencial o a distancia. ¿Qué sucede cuando llega la hora de cobrar, cuando además de la propia experiencia y los conocimientos, se suma la valoración de la educación que amerita el cobro?

Las vertientes de la profesionalización

Cuando se estudia una carrera con plenitud de ejercicio y reconocimiento en el país de ejecución y además se crea empresa y/o se trabaja "freelance", muchas veces es complejo establecer tarifas justas y un merecido pago. 
Cuando se hace lo mismo pero en campos especializados en los que el aprendizaje proviene de carreras que no existen o no están validadas en el país donde se ejercen, además de lo complejo de establecer tarifas justas, está la imposibilidad de poder acceder a un trabajo formal (por ejemplo la carrera de matrona, casi tan larga y exigente como la de medicina, pero que no es reconocida como tal en países como Colombia). 
Cuando se hace lo mismo pero en ciertos campos profesionales o que están en el camino hacia la profesionalización, además de lo complejo de las tarifas justas, surgen los cuestionamientos de si es ético cobrar o no. Es el caso de algunas escuelas de formación en porteo (la enseñanza del arte de llevar al bebé en portabebés), cuyos miembros tienen que dar explicaciones de porqué cobran por sus servicios, si ya el usuario tuvo que pagar lo que costó un portabebés. 
El tema se complica cuando las formaciones las han realizado mamás emprendedoras que desean quedarse con su bebé en casa mientras ganan dinero con los frutos de su formación. 

Como una profesional, la mejor oportunidad que alguien me puede dar, es remunerar mi trabajo.

Mi trabajo
Tengo un poco de todo lo anterior. Si bien no soy matrona, soy una mamá que trabaja desde casa para conciliar mi vida familiar y laboral. Hago consultoría profesional en derechos reproductivos, con mi formación y experiencia como abogada profesional y como educadora prenatal y postnatal titulada. Trabajo en AYU, una empresa de responsabilidad social con personal tanto profesional fijo, freelancers con títulos universitarios en el área de salud y mamás que trabajan en casa, como las asesoras de porteo certificados internacionalmente por la escuela FTZB, con sede propia reconocida en Alemania. También hago voluntariado.

El voluntariado
Creo que al compartir el conocimiento y al ponerlo al servicio de los demás, mis talentos se convierten en potenciales. Por ello he dedicado tiempo a entidades de apoyo a la lactancia y he canalizado parte del dinero de la empresa que dirijo a la generación de trabajo para madres que se quedan en casa así como beneficios a los grupos de la población. Pero también trabajo profesionalmente y cobro por ello. 

Al tener un poco de todo lo anterior, he creado algunas soluciones para establecer tarifas justas y un merecido pago:

Los descuentos
Los descuentos son una estrategia que no solo sirve para celebrar el día de algo, rematar mercancía, o dar a conocer un servicio. También cuando alguien necesita el producto o el servicio y no tiene cómo pagarlo. 

La tarifa "amigos y familia"
Si el valor que le damos a nuestro trabajo compensa un servicio o producto gratis para ellos, es legítimo y no implica que no estemos valorando nuestro trabajo. 
Si la gratuidad no tiene espacio en el "friends&family", pero si el tener una atención, funcionan las estrategias diplomáticas como: "te dejo los precios de distribuidor" o "te hago el tanto por ciento de descuento"...

Cuando se trata de responsabilidad social, no hay amistad ni relación familiar que se anteponga. Yo lo aprendí con mis amigos, los únicos que me pagaban al inicio. Y siempre con descuento. Un día dije "no más rebajas", porque con su pago yo podía realizar mis actividades sociales. Y que si además del precio full podían darme más dinero, mucho mejor. ¡Fue cuando más las pude hacer!


"Saber decir NO, es saber decir SI en otros campos" 

"La tierra del todo gratis"
En el campo del no pagar, las peticiones a veces empiezan por, "disculpa que te moleste pero necesito que le eches un vistazo a esto". O "perdona, quisiera que me des un concepto". El solo "te robo unos minutos" le quita valor comercial al favor que pretenden pedir y el "necesito ayuda" es algo así como "no te lo voy a pagar". 
Es diferente a cuando alguien nos pide algo, ¡ya bien decidiremos si se lo damos gratis o no! Pero porque queremos, lo cual no quita ningún valor a nuestro trabajo. No porque de plano éste tenga que ser gratis. 

Cuándo no cobrar
Hay que saber identificar qué hace excepcionalmente que valga la pena no cobrar, por ejemplo cuando hay un alto grado de exposición, cuando se trata de prestar un servicio o dar un producto gratis y vincularlo luego a una ejecución más completa; para agradecer; cuando hay una fantástica experiencia de vida; cuando es un hobby o una causa noble; incluso con la familia o con una buena amistad si lo deseamos. 

Valorar
¡El tiempo vale! Y cuando alguien se desempeña en un campo, por lo general vive de eso, salvo que sea un hobby o un voluntariado. Y cuando cobra, puede seguir capacitándose además de pagar sus cuentas. Hay trabajos que la gente asume que se van a hacer como favores o que no deben cobrarse. Hay trabajos que pareciera que no suelen valorarse, por ejemplo los que no implican la entrega de un producto sino la prestación de un servicio. Muchos cuestionan cómo se valoran los que no están reglamentados con una profesión formal, tema bien delicado porque si no hay un respaldo detrás, se puede perder credibilidad e incluso bordear la zona de la responsabilidad legal. 

El tiempo
Saber decir NO, implica decir SI en otros campos. Es tiempo que si no se está facturando se puede dedicar a un hobby o a más tiempo haciendo cosas o estando con las personas que queremos.


"La persona que valore mis conocimientos y mi experiencia sabrá entender; quien no, seguramente se enojará".

Qué fácil es juzgar
Si alguien juzga por el cobro de cierta labor, posiblemente no entienda que no está respetando ni honrando el tiempo, ni la experiencia, ni la formación del otro. O no conozca sus competencias y calificaciones y piense que está en "la tierra del todo gratis". Volviendo al ejemplo de los profesionales del porteo, cuando nos preguntan porqué tienen que pagar por sus servicios profesionales...

Alt="Las asesoras de porteo cobran"
Campaña de Karen, una asesora de porteo colombiana, certificada internacionalmente

... ¡pues por eso! porque son profesionales; se trata de personas que han invertido dinero, tiempo y esfuerzo en su capacitación, que sumados a su experiencia merecen un pago. Hay que ver a algunas, ¡practican mejor el arte de los nudos de fular que sus maestras! 
Cuando hay agresión (lo que he visto con mujeres profesionales que asesoran madres), volviendo al ejemplo, un simple gracias por tu interés, mis tarifas son estas, y si necesitas conocer un poco más sobre mi trabajo, puedes escribirme o llamarme a... O hacer como Karen.


"Si quieres que la gente valore tu esmero, tu tiempo, tu experiencia y tu formación, ponle un precio". 

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