El mejor obstetra, el mejor pediatra


Los profesionales sanitarios se convierten en figuras muy importantes que ocupan un rol trascendental en la vivencia de traer un hijo al mundo y cuidarlo. Estas personas actualmente plantean la posibilidad de unificar sus experiencias médicas con los conocimientos, abriendo paso a la humanización de prácticas relacionadas con la salud sexual y reproductiva. Se trata del equipo que se encarga de cuidar tu salud y la de tu bebé en camino o ya nacido. 

Alt="El mejor obstetra"

Hoy van cambiando algunos protocolos y guías de atención en estas materias, aparecen normas y una apertura hacia la información y el apoyo que otorgan estos profesionales de la salud. Los mejores son aquellos a quienes todos estos procesos respetados y humanizados no les significan más que la puesta en práctica de los conocimientos y experiencia que tienen, dentro de un marco de miramiento y acompañamiento a las necesidades de la díada, en un proceso de gestación, parto y posparto. O al bebé ya nacido.

Cuando se trata de los procesos de embarazo, parto y puerperio, estos expertos reciben a personas que buscan sentirse escuchadas y orientadas desde incluso las etapas preconcepcionales. Los expertos que son buenos miran por tí durante el embarazo, para que llegues al parto con las mejores condiciones. Te cuidan de forma individualizada de acuerdo con tus necesidades y respetando tus decisiones siempre y cuando no comprometan la seguridad y el bienestar tuyo y de tu bebé.

Los mejores profesionales son aquellos que están preparados y que no solamente investigan sobre la fisiología del parto normal; además abarcan sus aspectos psico-sociales. Ya han comparado los posibles beneficios y riesgos de las diferentes intervenciones existentes y de la no intervención. Se preparan para poder dar apoyo cuando hay pérdidas y estudian sobre las prácticas más novedosas en alivio del dolor. También se capacitan en las diferentes posiciones para dar a luz y los factores que influyen en la elección de las que adopta quien atraviesa por un trabajo de parto.

Los que son competentes implementan programas para disminuir la tasa de procedimientos invasivos o innecesarios. También se forman y actualizan para incorporar en su trabajo estrategias efectivas para asistir un parto de manera respetuosa y piensan en tus necesidades y las de tu bebé dentro de un entorno seguro y tienen en cuenta el acompañamiento, ya sea de tu pareja o de otras personas.

Cuando tu bebé nace los rodea un equipo que idealmente tiene las aptitudes para llevar unos apropiados controles respecto de la evolución del bebé, así como una atención oportuna de los eventos relacionados con la salud del pequeño. Son versados en temas de crecimiento, desarrollo y enfermedades de los niños hasta pasada la adolescencia.

Ojalá siempre encuentres en tu camino especialistas idóneos y amables. Porque si estás atravesando por algún proceso parental, seguramente tendrás muchas preguntas y necesitarás profesionales que atiendan tus interrogantes sobre el día a día de lo que conlleva traer a un bebé al mundo y cuidarlo. Los mejores serán aquellos que te otorguen información veraz y completa, que estén disponibles y que tengan en cuenta las razones, los beneficios, los riesgos y los resultados de la información que te dan, así como el respeto de tu derecho a que te informen si es del caso.

A veces son muchas las preguntas y aún cuando ellos no se las saben todas, lo ideal es que te sean respondidas con datos oportunos frente a los requerimientos actuales, con paciencia y una entendible explicación para que los puedas comprender. Por su puesto bajo la obra del respeto profesional y la cordialidad de una cita, incluso prioritaria o de urgencia, para reducir la impersonalidad de los mensajes instantáneos o del teléfono, que además hacen imposible y hasta peligroso otorgar un diagnóstico.

Imagina si te aclaran todo hablándote, utilizando folletos, material audiovisual, herramientas de Internet y demás. Te será más fácil comprender, ¿cierto? De igual forma si te brindan información sobre el proceso fisiológico por el que estás atravesando y las capacidades que naturalmente tienes para dar a luz y luego para cuidar a un bebé y cuidar de tí. Imagina si todo lo que te dicen o la manera en que te tratan se adapta a tu nivel socio-cultural y a tus capacidades, o capacidades diferentes. También a tus condiciones físicas, intelectuales y sensoriales; seguramente todo influirá en la manera en que te adaptes a ese trato y a la información que te den.

Cuando recibes empatía y confianza, así como información y apoyo, tienes la opciones y la autonomía para decidir sobre tus alternativas. También sientes comodidad para preguntar, opinar y decidir conjuntamente con ellos. Tu relación es más igualitaria y puedes recibir guía de acuerdo con tus necesidades y las de tu bebé.

A lo mejor así sentirás más satisfacción con la atención y con los resultados obtenidos, porque verás seguramente que el cuidado que les otorgan se adapta más a tus necesidades y las de tu bebé, así como a tus valores personales, incluyendo tus creencias, miedos, experiencias y costumbres. Probablemente te será más fácil asumir la responsabilidad de tu elección y resultados.

Cuando el pequeño está en tus brazos, los mejores son aquellos que contribuyen a la colocación inmediata de tu bebé en contacto piel a piel para que ambos puedan beneficiarse de la cercanía y proximidad después del parto, si las condiciones de salud lo permiten. Algunos ejemplos, poco vistos pero si reales de este proceder, se dan cuando posponen algunas de prácticas como la identificación legal del bebé, profilaxis ocular, peso y vitamina K e intentan realizar todos los procedimientos en presencia tuya y con tu consentimiento. Tampoco indican de forma rutinaria prácticas hacia el bebé que pueden ser valoradas como innecesarias y que no están exentas de riesgos, como como por ejemplo la aspiración de secreciones, el lavado gástrico y el paso de sondas para comprobar la permeabilidad de las fosas nasales o del recto.

La idoneidad del equipo de salud también se orienta al apoyo para facilitar un buen inicio de la lactancia. Por ejemplo dándote el tiempo para permitir un agarre espontáneo del bebé al pecho e informándote sobre las ventajas del contacto piel a piel. También propenden por darte información adecuada para mantener la exclusividad y duración de la lactancia si así lo deseas.

Y si tu estado de salud no lo permite, ofrecen la posibilidad a tu acompañante para que le brinde proximidad al bebé, así como información constante sobre tu estado de salud.

Contar con un buen equipo es muy importante. Que siempre estés cerca de personas que respeten la forma en que crías a tu bebé sin tener injerencia en aspectos que atañen a las dinámicas de tu casa, de tu familia; sin imponer o cuestionar la forma en que llevas un embarazo saludable y seguro o educas al niño. Que siempre tengas a tu lado personas con experiencia, generosidad, excelencia académica y un alto sentido de humanitarismo.

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