Lenguaje y trato inclusivo: Guía para profesionales de la salud
Este contenido ofrece herramientas para la observación y análisis de eventos vinculados a personas con identidades y expresiones de género diversas, incluyendo experiencias como la transición hormonal, las cirugías mamarias o de afirmación de género, así como procesos relacionados con la menstruación, el embarazo, el parto, la lactancia y el posparto. La finalidad es contribuir a una atención sanitaria que reconozca y responda a las necesidades específicas de este grupo poblacional, desde un enfoque de derechos humanos.
En contextos contemporáneos, existen pacientes con órganos reproductivos que no desean embarazos, personas que están gestando pero no se identifican como mujeres, parejas de gestantes que buscan inducir la lactancia, hombres trans que interrumpen su tratamiento hormonal para engendrar, o personas trans que acceden a cirugías mamarias. Estas vivencias evidencian la necesidad de adecuar los servicios sanitarios a la diversidad de experiencias y corporalidades.
Sin embargo, la evidencia muestra que el nivel de formación del personal de salud respecto a estas realidades requiere mejoras sustantivas. Las lagunas en la formación contribuyen a un trato inequitativo, basado en estereotipos y supuestos normativos sobre el género, que puede poner en riesgo la salud física y emocional de las personas usuarias de los servicios.
Definiciones clave
La comprensión del espectro de género implica familiarizarse con conceptos fundamentales:
Sexo biológico: Atributos físicos asignados al nacer (genitales, cromosomas, hormonas).
Identidad de género: Vivencia interna e individual del género, que puede o no corresponder con el sexo asignado.
Orientación sexual: Atracción afectiva, emocional y/o sexual hacia otras personas.
Expresión de género: Manera en que cada persona manifiesta su identidad de género a través del lenguaje, la apariencia o el comportamiento.
Otras categorías relevantes incluyen:
Cisgénero: Persona cuya identidad de género corresponde con el sexo asignado al nacer.
No binario: Persona cuya identidad de género no se ajusta a las categorías de hombre o mujer.
Disforia de género: Malestar relacionado con la incongruencia entre el sexo asignado y la identidad de género.
Visibilidad y barreras en la atención sanitaria
La falta de visibilidad y de acceso adecuado a servicios de salud puede provocar automedicación, riesgos clínicos y exclusión. Las instituciones sanitarias deben garantizar condiciones de atención que no se limiten al sexo asignado al nacer, sino que respondan a la identidad y necesidades de las personas atendidas. Obstáculos como formularios no inclusivos, lenguaje inadecuado o trato estigmatizante pueden comprometer gravemente la calidad del servicio y disuadir a las personas de acudir a consulta.
Reconocimiento de derechos
Los marcos jurídicos prohíben la discriminación por motivos de identidad o expresión de género. La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha establecido que todas las personas tienen derecho a vivir su identidad de género sin discriminación y a acceder a servicios de salud adecuados (OC-24/17). Este principio se refuerza en los Principios de Yogyakarta (2007) y en otros instrumentos internacionales que consagran el derecho a la salud, a la igualdad y al libre desarrollo de la personalidad.
Recomendaciones para una atención sanitaria inclusiva
En el sistema de salud:
Asegurar el acceso a servicios sin discriminación.
Diseñar políticas inclusivas en planes de salud pública.
Implementar formación específica sobre diversidad de género para todo el personal.
En el ejercicio profesional individual:
Consultar y utilizar el nombre y pronombres elegidos por la persona.
Evitar asumir el género por apariencia o comportamiento.
Validar la experiencia individual y ofrecer una escucha empática.
Derivar a profesionales especializados cuando sea necesario.
Proveer información clara y adaptar el consentimiento informado.
Sobre el lenguaje y la comunicación
El uso de la palabra mujer, maternidad, mamá, embarazada y cualquier término que se utilice para hacer alusión al sexo biológico femenino no tiene por qué, ni debe ser opacado. El uso de lenguaje inclusivo contribuye a generar entornos más seguros y respetuosos cuando son necesarios términos neutros o ajustados a las preferencias de las personas. Es por ello que algunas alternativas incluyen: "persona gestante" además de la palabra "madre"; "pareja no gestante", además de la palabra "padre"; "persona que da a luz", además de "parturienta"; "cuidador/a", además de "madre/padre"; y"productos de cuidado menstrual", además de "higiene femenina".
Conclusión
La inclusión efectiva en el ámbito sanitario exige adecuaciones normativas, institucionales y culturales que reconozcan la diversidad humana como principio rector de la práctica clínica. Adoptar una perspectiva de derechos humanos fortalece la legitimidad del sistema de salud, mejora los indicadores de atención y reduce las inequidades que enfrentan las personas cuya identidad de género o expresión no se ajusta a los modelos tradicionales. Se trata de ofrecer una atención centrada en la dignidad, la autonomía y el reconocimiento de cada individuo.
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