Acróstico: Acabas de tener un bebé y por eso ... ¡Eres asombrosa!
Escúchate. Tienes toda la sabiduría y sabes qué hacer.
Recibe un abrazo, da un abrazo, arrulla a tu bebé.
Empieza este nuevo camino pensando también en ti.
Siente y experimenta tus emociones; es humano vivirlas.
Aliméntate con comida saludable. Date gustos con algo delicioso, como un buen chocolate. Bebe en la medida de tu sed.
Sueña despierta, canta, baila con tu bebé o escucha una linda melodía, recuerda un poema, un chiste o una frase encantadora. Evoca personas, momentos y lugares que han tocado tu corazón. ¡Haz algo que te guste, por pequeño que sea!
Oye el canto de un pájaro, mira algo bonito, ayuda a alguien, di una oración. Toma aire profundo e imagina que entra paz a tu vida y, al exhalar, imagina que se esfuman tus miedos y preocupaciones.
Mejora tu nivel de energía. Intenta descansar a la par que tu bebé. Si amamantas, hazlo a libre demanda. Permite que ambos disfruten el contacto piel a piel y tenlo mucho en brazos, muy cerca de tu corazón y de tus besos.
Besa a tu bebé.
Regálate un masaje en los pies, toma un baño y disfruta la sensación del agua sin tener que hacer nada más, sin tener que pensar en nada más.
Observa a tu bebé y juega; huele un rico aroma como el del pequeño, el de una flor, tu perfume favorito o simplemente recuerda el aroma de la torta recién salida del horno que preparaba alguien que quieras mucho.
Sal a caminar descalza sobre el pasto, mira el atardecer, charla con una buena amiga o llama a tu mamá.
Ahora cierra un rato los ojos y piensa en lo asombrosa que eres y en todas las alegrías que tendrás por ser mamá… ¡Vas a ver que en tu cara se dibujará una linda sonrisa!
Autora: Valeria Calderón
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