El porteo como negocio: riesgos y beneficios

Portear ha hecho parte de la historia y forma parte del diario vivir de muchas culturas que lo hacen naturalmente. El mundo occidental gana cada vez más seguidores, quienes aprenden a disfrutar de la cercanía con el bebé. Pero hoy hay una industria que sugiere seguir las instrucciones de uso y cuidado, adquirir habilidad en el manejo de portabebés, y estar atento del bienestar del bebé en todo momento, así como contar con portabebés de buena calidad, fabricados con materiales apropiados y que cumplan con las homologaciones correspondientes.

¡No hay excusa para atentar contra la seguridad de un bebé!

Hace algunos años aparecimos personas que empezamos a fabricar portabebés caseros o formar empresas con el fin de fomentar la crianza en brazos. Muchos se quedaron en el camino en su intención de vender por ganar dinero. Pero otros, que a punta de ensayo y error, y mucha capacitación; aprendimos a prevenir riesgos para la seguridad de los bebés que son llevados en portabebés. Algunos pioneros se dedicaron por años al estudio del porteo. Pero del estilo de aquellos que se quedaron en el camino siguieron apareciendo otros, y otros; no obstante tanta información a disposición que vino después.
Difícil de creer, pero proliferan personas y negocios artesanales o empresas que prueban con sus propios bebés la resistencia de un fular elástico para ponerle un límite de peso con información no mayor a la de sus propios experimentos. O las que ofrecen cargadores para todo tipo de posiciones y pesos, las que sacan fotos en sus catálogos parecidas a una mía de cuando hacía mis primeros pinitos y no se sabía mucho sobre porteo seguro. ¡Menos mal no la saqué al aire en su época!

Difícil de creer, pero hoy en día se ven falsas clasificaciones como: "orgánicos", "hipoalergénicos", "algodón traído del Perú" o de donde sea", "materias primas seleccionadas", el "puedes usar nuestros fulares elásticos hasta los 3 años del bebé"; etc. Se escuchan frases como "emprendimiento familiar"; "no había nada parecido en el mercado o era muy costoso", etc. Se manifiestan los que falsifican, los que traen de China, los que no cumplen estándares de calidad, los que se venden sin manuales, los que hacen réplicas de portabebés de otras marcas, los que copian manuales de seguridad, post de blogs, o repiten las frases como las que creamos en AYU: "Los bebés no se acostumbran a los brazos, los necesitan"; "Cerca de tu corazón y de tus besos", "La forma más natural de criar a tu bebé".

Cuando vaya que los productos y contenidos de renombre tienen una historia, pruebas de laboratorio y de usuarios que los han llevado por años. Y los conocedores que exponen el tema, una trayectoria, un "know how".

Las consecuencias son para los bebés

Y para los usuarios que pueden lesionar su cuerpo comprando algo, tal vez a un menor precio o usándolo sin mayor guía, pensando que está de moda llevar al bebé o que un pedazo de tela basta. Al fin y al cabo es un arte que existe desde siempre. Pero lo barato sale caro. Telas cualquiera, niños en el piso, o asfixiados.

Es legítimo querer trabajar desde casa. Y pueden surgir negocios como el de AYU, que a punta de ensayo y error, y sin los conocimientos que la industria ofrece hoy en día, prosperó y pasó a otros niveles traspasando fronteras. Lo cierto es que hay que hacerlo bien porque el mercado va cambiando y es común ver portabebés retirados del mercado; comisiones internacionales que propenden por la seguridad de los bebés; escuelas de porteo en todo el mundo; instructores certificados; y redes que protegen el uso seguro de portabebés además de brindar información y apoyo. Existen también child proofers que certifican la seguridad de los productos. Y empieza a haber regulaciones que se hacen mandatorias. ¡Valiente el que se atreve a emprender un negocio de confección de portabebés!

Uno de los pilares de la industria del porteo consiste en la seguridad de los niños

Así las cosas, no es tan simple como comprar una tela y hacer un portabebés. Estamos hablando DE LA SEGURIDAD Y DE LA VIDA DE UN BEBÉ.

Se trate de un negocio que nació en casa o de una empresa que exporta a todo el mundo; sea una tienda física, que opere con distribuidores o venta en línea; hay que entender que el uso seguro va primero. Hay que entender qué servicios presta un portabebés, cómo se usa, en qué condiciones, climas, etc. Hay que conocer las reglas que hay que cumplir desde la perspectiva de la ética y desde la perspectiva de la normativa. Hay que tomarse todo el trabajo de producir algo de calidad, con manuales, instrucciones, buen servicio al cliente y seguimiento constante. Hay que trabajar para que cada producto lleve consigo una forma de rastreo, una fecha de manufactura, unas instrucciones de seguridad, un señalamiento en las limitaciones de peso y uso; opciones para que los clientes puedan registrarlo, opciones par que los clientes puedan contactarnos en caso de dudas; pruebas que indiquen que los productos no contienen materiales nocivos para los bebés; registros, políticas de garantías, políticas de privacidad; legitimación del negocio, cumplimiento de normas legales, pago de impuestos, pago de proveedores, personal bajo condiciones salariales justas; contratos con los distribuidores; publicidad, mercadeo, redes y mil hechos más.

Comprar tela y anudarla

En Sur América por ejemplo, los fulares elásticos se fabrican con una tela de fácil acceso. Y tutoriales, hay miles en internet. Los fulares rígidos son más elaborados en su composición y obedecen a una selección de exclusivas telas que cumplen con estándares de elasticidad y rigidez en simultánea. Estos se consiguen por ejemplo en Europa, Estados Unidos, México y Colombia. Y son los preferidos porque, entre otros, su vida util con un mismo bebé es larga. Las consecuencias de la proliferación de fulares elásticos caseros se ven por todas la ciudades: Bebés de 15 kg o más rebotando por doquier entre el cuerpo ladeado de sus entusiastas porteadores; y páginas de Facebook, mercado libres y demás vendendo portabebés hechos de comprar tela y anudarla. Los fulares rígidos, que son utilizados por los apasionados del porteo, no son tan vistos en estos lugares.




Los fulares elásticos colombianos suelen estar compuestos de una tela probada para resistir, sin "efecto rebote" y sin estirarse demasiado, hasta los 9 kg de peso del bebé.



Los fulares rígidos, que sirven desde el nacimiento, brindan una sujeción muy apropiada para llevar a bebés incluso de hasta 20 kg de peso.

Si fuera tan simple

Si fuera tan elemental comprar una tela y anudarla, o aprenderse el ABC de respetar el desarrollo evolutivo del bebé, de mantener su mentón lejos del pecho para evitar una asfixia posicional, de dejarle libre la cara para verlo en todo momento o de prevenir el forzar la apertura natural de sus caderas en crecimiento; el mundo tendría miles de negocios de portabebés exitosos. Pero el porteo va más allá, tanto para quien produce como para quien usa. Es la seguridad de un ser humano, es el cuidado de la vida. Porque es sabido que la vida de un bebé podría estar en riesgo con un mal uso de un portabebés; pero no lo es tanto cuando se trata de un cargador inapropiado.

Los conocimientos y la experiencia valen


Los expertos y ni tan expertos (no me se todos los nudos que se puede hacer con los fulares), somos hábiles, sabemos, y tenemos experiencia. Hemos pasado horas estudiando y trabajando, tomando cursos, certificaciones y capacitaciones y también nos hemos apoyado en los que saben lo que nosotros no sabemos. Pedimos ayuda a expertos (como a Esmeralda de Siriñadas, que nos orientó alguna vez en las capuchas de nuestros Mei tai); o a Elena López, de Monitos y Risas que nos autoriza divulgar sus videos, únicos, valiosos y cuidadosamente trabajados. Y seguiremos pasando horas haciéndolo porque los bebés y sus porteadores son los que nos importan; mucho más que vender y vender portabebés. Y es así como traspasamos fronteras.

Aquí nos sorprendieron preparando una sesión de fotos para la revista ABC del bebé, con un fular AYU. Al ajustar y extender las franjas de la tela y acomodar al bebé correctamente, de manera que cubra toda su espalda y la cabeza tenga soporte, enseñamos a las nuevas familias a utilizar de manera segura y cómoda portabebés de buena calidad.

Atreverse a confeccionar y vender


Sin perjuicio de los estándares de calidad que tengamos o de nuestras renuncias de responsabilidad y políticas sobre un mal uso; sería terrible verse inmerso en un incidente legal como consecuencia de la lesión o muerte de un bebé; o un daño al usuario, sin importar que tan grande o pequeño sea un negocio. La seguridad de los bebés es seria. Y si no se está dispuesto a cumplir como estándares mínimos de seguridad, es mejor no atreverse a vender, porque no hay excusa para no hacerlo. Porque se estaría poniendo en riesgo la vida humana por cuestiones de ignorancia.

Los otros afectados

Por más que trabajemos en tener precios inmejorables para todo el mundo y artículos de calidad, o como dicen algunos, "materias primas seleccionadas"; las malas prácticas y los negocios de portabebés mal encaminados afectan a las empresas responsables que ya existimos. Además se está dando la imagen errónea de que los productos son costosos, petrimetres o pedantes. Se está dando a entender que se trata de un simple pedazo de tela que cualquiera puede confeccionar. Como suele suceder aquí con el fular elástico "multiuso".

Soluciones que hemos encontrado 

Existen para los emprendedores muchos productos para mamás, papás y bebés que se pueden confeccionar en casa sin tanto riesgo; no tienen que ser portabebés.
AYU apoya a madres y padres que trabajan desde casa, dejándoles muy cerca del costo los portabebés de su marca, para que los puedan vender entre su círculo y ganar dinero de manera responsable. Muchos han visto que les resulta menos riesgoso y más rentable y seguro venderlos. El programa tiene éxito porque las nuevas familias encuentran una manera de permanecer en casa sin tener que separarse de sus bebés y ganar dinero, disfrutando y fomentando el porteo a su vez. Con agradecimiento recibimos fotos de las personas que participan en "AYU quiere a los niños" y pagan sus cuentas distribuyendo un producto que une a la familia. Y con honor recibimos las noticias de que los bebés y sus cuidadores pueden pasar más tiempo juntos.
AYU obra bajo el principio de compartir el conocimiento para mejorar el mundo. Y brinda asesoría a las empresas que no obstante la responsabilidad y riesgos que están dispuestos a asumir, inician un emprendimiento. 

Ayu hace alianzas con empresas que quieren complementar su portafolio existente, y promueve a empresas que tienen claros sus estándares de seguridad. Incluso apoya a artesanos que quieren confeccionar portabebés bajo el amparo y guía de la marca AYU. 

Si se quiere sacar partido económico del porteo, hay otros recursos como las formaciones que hacen las escuelas para convertirse en instructor certificado y poder enseñar sobre el uso seguro y cómodo de portabebés, recibiendo ingresos. Por lo general estos instructores también venden portabebés sin tener que confeccionarlos, recibiendo un doble beneficio económico.


Mamás del "programa AYU quiere a los niños" que trabajan desde casa vendiendo portabebés de renombre y buena calidad.

Cualquier medida tendiente a proteger a un bebé puede quedarse corta. Y no hay que dejar atrás la comodidad y la seguridad del usuario. En los negocios debe obrarse de manera ética y profesional, bajo parámetros de comercio justo y buen servicio al cliente. El buen nombre no es gratuito; se debe a horas de estudio, de formación, cursos y participación en eventos; de intercambios con las nuevas familias, viajes a eventos internacionales de porteo o ferias como expositores, conferencistas y aprendices. Horas reflejadas en productos que aun cuando son parecidos a otros, son difíciles de imitar, por más recursos disponibles que haya comparados con años atrás o por menos tiempo que se invierta aprendiendo cuando de copias se habla.

Compra y usa con responsabilidad. Fabrica y comercializa con responsabilidad. Y no dañes el trabajo ni el prestigio de los demás.

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