CARGADORES DE BEBÉS ERGONÓMICOS Y FRÍO

Algunas personas necesitan salir con sus bebés a realizar diligencias y viven en lugares donde las inclemencias del clima, que varían de un extremo a otro, no dan tregua. Debido a que los bebés regulan la temperatura de manera más difícil que los adultos, llevar a un bebé cuando hace mucho frío puede causar el temor de enfriamiento; y llevarlo en un clima caluroso, el temor de sobrecalentamiento. Por estos motivos, la escogencia del cargador depende mucho de ti, del bebé, del clima y del propósito por el cual necesitas usarlo. Aquí encontrarás algunas recomendaciones para llevar al bebé en época de invierno o cuando hace frío.

Por Valeria Calderón, mamá, abogada y educadora certificada.

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Imagen cortesía Boba Colombia, tienda.babyayu.com


BAJAS TEMPERATURAS 

Necesitas salir y hace frío; la temperatura está muy baja afuera. Además está lloviendo. Pero tienes que salir con un bebé y/o con un niño pequeño que ya camina. Para ti no es problema. Sabes que el contacto entre dos transmite calor adicional y ayuda a regular la temperatura corporal, y no necesitas abrigarlo tanto como lo harías si lo llevaras en un chochecito. Tomas acciones preventivas para evitar encontrarte en condiciones extremas de frío que pudieran afectar la salud del bebé o tu salud, y en todo caso sabes que siempre se puede cancelar la salida. Y es así como verificas el estado del clima y algún reporte sobre las condiciones climáticas, avisas de tu hora de salida y llegada previstas, planeas la indumentaria que llevarás y la manera en que ambos mantendrán la temperatura. 

Lo vistes con un hermoso gorro de punto que además le calienta las orejas, unas medias gruesas; o mejor, unas calentadoras que cubren sus piernitas; también guantes si lo consideras necesario. Si ya anda, le pones botitas y un gorro que le llegue hasta el mentón para que no se le caiga (o se lo quite), y lo vistes como sueles hacerlo tu cuando sales para que el clima no le moleste mientras camina; siempre tendrá la ocasión de pedir brazos si no desea caminar. 

Te abrigas y te decides cómo llevar al bebé en el cargador. La época actual en que vives te permite obtener fibras amigas del clima: lana, fleece, ropa térmica, cobertores, impermeables, gabardinas; incluso abrigos especialmente fabricados para usar con cargadores de bebé, (algunos vienen con capucha); o un simple abrigo más grande que tu talla, que no cierras del todo para poder ver al pequeño; sin mencionar la manera en que puedes adaptar también una manta abrigada que permanezca fija sobre el portabebé. 

El cargador funciona como transmisor de calor porque te facilita el contacto. La eventual lluvia tampoco representa gran cosa en la intemperie, porque cuentas con paraguas y un impermeable que complementan tu atuendo de día frío y lluvioso, ¡que ventaja de tener las manos libres! ya estás a punto de abrir la puerta y moverte de un lado a otro, sin que el clima sea un impedimento. Cuando llegas al lugar de tu diligencia, simplemente y sin mayor cambio retiras tu abrigo (si es del tipo que los cubre a ambos por fuera del portabebé); el pequeño muy probablemente no lo notará y haces lo que tengas que hacer. O aprovechas para moverte un poco sin el portabebé y retirar la ropa para el frío, si la llevas debajo de éste. 

Por debajo o por encima 

Dependiendo del momento y la necesidad, el bebé puede ser cargado con el portabebé puesto por encima o por debajo del abrigo. Aquí encontrarás herramientas para cuando decidas optar por una u otra posibilidad.

Por encima del abrigo

Es viable usar el portabebé sobre tu ropa para el frío. El bebé debe estar apropiadamente vestido para el clima porque recibirá menos del calor directo de tu cuerpo. Puede llevar también un abrigo o un impermeable para permanecer seco.

Hoy existe ropa de invierno que no es voluminosa, ni resbalosa, que les permite a ambos estar resguardados de las frías temperaturas, sin bultos innecesarios que afecten la manera en que el bebé queda metido en el cargador con ropa que ocupa demasiado espacio. Algunos abrigos de fleece son delgados pero abrigados, y siempre puedes agregar capas extra como medias, calentadoras, una manta fijada al portabebé que abarque todo su cuerpo (no la cara), etc. En todo caso, si sólo tienes a mano ropa de abrigo abultada, siempre puedes aflojar un poco más el portabebé para que ambos estén cómodos. 

Es práctico tener tu sobretodo o chaqueta cerrados, de manera que sus lados se mantengan firmes y no se suban al llevar al bebé por fuera. Y también es funcional tener tus objetos pequeños al alcance para que no te esfuerces en buscarlos. Si el cargador se ensucia, tal vez prefieras uno que pueda lavarse y secarse fácilmente.

Por debajo del abrigo

Es posible que te resulte más fácil ponerte el portabebé con tu abrigo cubriendo al bebé; es decir, con el portabebé debajo del abrigo. La cercanía que permite hacerlo contribuye al contacto de ambos cuerpos para cobijarse, y también facilita la lactancia a libre demanda. De este modo, verificas que el bebé esté con la ropa usual que lleva en casa, sin excesos; llevas la ropa abrigada que sueles utilizar cuando no estás a la intemperie, te colocas el portabebé, metes al bebé y al final te pones el abrigo. No es necesario que el bebé lleve su propio abrigo ni que tengas que ponérselo o sacárselo si la necesidad se presenta, por ejemplo cuando entras a un recinto donde no hace frío. Por último, como estás compartiendo espacio dentro de una chaqueta o abrigo, tal vez quieras usar una bufanda que cubra tu cuello y tu pecho (sin cubrir la cara del bebé). 

Portabebés para el frío y posiciones

Cualquier clase de portabebé ergonómico te sirve para cuando hace frío. Es muy apetecido el fular tejido (o rígido), puesto con nudos de mas de dos capas que llevan más tela y abrigan de manera cómoda, sumado al abrigo que otorga el calor que proviene de ustedes. 

Trucos para nudos, posiciones y condiciones del ambiente

Si se trata de un fular, son abrigados los nudos de dos o más capas, como la “doble hamaca” o la “cruz envuelta”. 
  • Los pre anudados tienen el beneficio adicional de facilitar meter al bebé sin estar haciendo nudos en momentos que el bebé pudiera enfriarse mientras tanto, y sin exponerlos además a que se ensucien o se mojen las franjas laterales en el exterior. A propósito, cuando está lloviendo o ha llovido y el fular es largo, evita que sus extremos se arrastren para que no se ensucien, mojen o te enredes con ellos al caminar. El preanudado en cruz para un fular tejido permite sacar y meter al bebé con facilidad. Y si se trata de un fular elástico, el preanudado es útil para momentos cortos.
  • Es útil juntar las tiras de un “Mei Tai” o portabebé de estilo asiático, para que no queden colgando, no se ensucien ni tengan demasiada movilidad por el viento. No se quedan atrás las mochilas de estructura suave, que junto con el “Mei Tai” puedes dejar colgados en tu cintura mientras no están en uso. 
  • Las posiciones en la espalda son cómodas cuando se lleva al bebé por encima del abrigo resultan apropiadas para los más grandecitos que quieren subir y bajar todo el tiempo o cuando el pequeño ya camina y desea hacer parte de su trayecto en brazos.
  • Las posiciones adelante y a la cadera con fulares, bandoleras, pouch, “Mei tai” o mochilas ergonómicas, son cómodas cuando se lleva al bebé por debajo del abrigo y te será más confortable hacer los ajustes pertinentes para lograr una buena sujeción en cualquier momento (aunque es preferible hacerlo antes de ponerte el abrigo que hacerlo con éste puesto). 
Ni mucho ni poco

Así haga frío, el bebé podría sobrecalentarse. Está vestido, el contacto entre los dos les da calor, las capas que forman el portabebé también, y tu chaqueta o abrigo los cubre a ambos o cada uno se encuentra arropado individualmente. Para prevenir más calor del necesario, otórgale el abrigo justo y necesario, por ejemplo vistiéndolo con sólo una o dos capas más de las que tu estás usando. Muchas capas de ropa o capas pesadas podrían hacerlo sudar e irritar su delicada piel; mientras que pocas capas podrían resecar la piel comprometida o exponerlo a temperaturas que no puede regular. Si lleva un vestido o pantaloncitos, al quedar dentro del portabebé podrían subirse creando una brecha de espacio entre las medias y donde quedaron aquellos, que expone la piel. Los enterizos son una buena solución o si lleva calentadoras, puedes reacomodarlas para cubrir al bebé además de brindarle una capa adicional, ser fáciles de poner y de quitar y muy apropiadas para cambiar los pañales si hace frío porque no exponen tanta piel del bebé. 

Es necesario revisar frecuentemente que el bebé no esté enfriándose o calentándose mucho. Por ejemplo chequear su cara, manos y pies para ver su color y sentir la temperatura, e incluso, así como aprendiste a colocar tus dedos entre el mentón y el pecho para verificar que sus vías respiratorias estén libres, puedes también colocar tus dedos detrás de su cuello para detectar que no esté demasiado frío, caliente o húmedo. El que esté irritable o poco alerta podría ser un signo de que su temperatura no es adecuada. 



Otros truquitos
  • Limita el tiempo en que estás en la intemperie.
  • Prevé cambios bruscos de temperatura, por ejemplo si estás en un lugar aclimatado y sales directo al frío o al subir y bajar de un automotor. Si no llevas al bebé en el portabebés en esos momentos de transición, éste te sirve para abrigar al pequeño mientras te lo puedes colocar y evitar así cambios abruptos. 
  • Si usas varias capas de ropa, verifica que no esté demasiado ajustada para que la circulación fluya libremente. 
  • Los gorritos que cubren las orejas y que no son tan fáciles de quitar son preferibles. 
  • Coman y beban apropiadamente para tener energía y mantenerse calientes. 
  • Si notas que el bebé está sudando y sobre acalorado, retíralo del portabebé y disminuye las capas que le abrigan.Usa calzado apropiado para lugares fríos o donde haya hielo. Si no los tienes, evita caminar donde haya hielo o esté mojado porque podrías caerte y además poner en riesgo al bebé. 
  • Desplázate por lugares con condiciones favorables de visibilidad. 
  • Lleva ropa adicional que brinde abrigo extra de ser necesaria.
  • Si el bebé está cerca de tu cuerpo con las extremidades protegidas, probablemente no se incomode por la exposición al frío. 
  • Está alerta de cualquier signo de descenso de la temperatura corporal por debajo de los topes normales (35 grados) con síntomas como temblores, extremidades frías, respiración y pulso lentos, dificultad de atención, rigidez muscular, confusión, somnolencia.
Haga frío o haga calor, siempre verifica que esté bien formado el asiento que le da soporte a las nalgas del bebé y que sus rodillas estén a la altura o más altas que aquellas, también tenerlo lo suficientemente alto, a la vista, y lo suficientemente cerca como para poder darle un beso.


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Por: Valeria Calderón, mamá, abogada y educadora certificada.







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